20061113


Tu piel no es vidrio. Me tocas a metros de distancia con una tibieza que no es de vidrio. Un vidrio no tiene aliento por más que lo condense, tu piel exhala aunque no inspire.
Tus piernas no son la cartulina del estudiante. Caminas por senderos siempre rojos. La cartulina del estudiante se sabe roja, pero nunca sabe si acabará de barco, telescopio o cartel. Tus piernas saben que acabarán con suelas molidas en rojo andar.
Tu lengua no es jabón. Se siente resbalosa en la rodilla, pero no limpia… tampoco ensucia, pero no limpia. El jabón se expande con burbujas improvisadas, todas redondas, pero de cantidad azarosa. El jabón detiene microbios, cambia imperfecciones y me hace creer que soy Blanca Nieves mientras dura la espuma. Tu lengua solo se lija en mi rodilla y mi rodilla se desgasta en tu boca.
Tú no es un directorio telefónico, ni un acantilado, ni el pan que acabo de comprar. Tú no es esta silla, ni la persona que se está lavando los dientes ni la que acaba de levantar una ceja. Tú no es un viaje a la playa, ni el perro, ni la sopa. Tú ni siquiera está en estas palabras.