Si tiemblo o si reviento es sólo por la inconsistencia de mi sangre.
Desde la vaguedad se definen los límites del día, del trayecto que recorro de la cama al baño.
Mis piernas ya no son el hielo que delimitara la distribución de mi paciencia,
hoy son vapor tibio que entra por tu garganta.
Hoy deformes los oídos y la lengua, el pensamiento también deforme
y deforme también la costumbre de mantener el suspenso.
Las palabras escritas en mis rodillas son presa fácil del sudor,
tinta negra resbala por mis tobillos.
Carentes de palabras, mis rodillas se elevan entonces hasta la altura de tu pecho
y son impresas con las pasta espesa de tus nervios.
Nervioso, el vapor de mis piernas sólo es capaz de redimir la somnolencia de la infancia
y de entregar, en una patada, toda la ternura del fuego almacenado entre mis dedos.
20060222
De por qué este lugar es tan bonito
Se lava las orejas con mucho cuidado y sale en bici para no llegar tarde.
Como la lengua le estorba, la saca cuando va a 100 hasta que se congela y es entonces cuando se me acerca.
Estoy seguro de que es así, debe ser así: limpia sus orejas, pero -y esto es esencial- sólo el cartílago y, respecto a su lengua, no puede ser tan helada por naturaleza, lo hace a propósito para desobligarse de responder.
Mi casa está a la vuelta, debe atravesar los pastizales que tienen 1.65m de altura como promedio... [entre estos pastos largos verdes me dijo: "¿sabes por qué este lugar es tan bonito?", porque estás tú"], al llegar debe mirarse los pies, mirarse las manos y mirarse él mismo para asegurarse de que está ahí. Entonces abre la puerta y me encuentra ahí, abierto, iluminado como suelo estar siempre gracias a la luz de la lámpara de mi velador.
Estoy tan acostumbrado a que su lengua esté tiesa como un trampolín. Soy capaz de saltar mortalmente desde mi alto pedestal hacia la piscina de sus pelos, y leer entre ellos lo que pareciera decir siempre: "¿sabes por qué este...?".
Como clavadista intrépido que soy, puedo practicar por mucho tiempo y, aunque el agua es siempre la misma, me parece que no es piscina, sino mar renovándose.
Si pudieran vernos, él con su lengua tiesa, él entero tieso y yo avanzando para abrazarlo y retrocediendo con rapidez para poder abrazarlo otra vez. He pensado mucho sobre vuestra opinión.
Después de unos días de este ejercicio alucinante, debe volver. Entonces debe mirarse en MIS ojos para asegurarse de que estuvo ahí. Es cuando su lengua parece derretirse y ríe.
Atraviesa los pastizales con la boca cerrada. Llega a su casa, chequea que sus oídos están bien tapados, reparte besitos a su colección de vírgenes y santos y duerme como morado, sin saber que es el anuncio rojo de mi alegría.
Mientras duerme, sus oídos empiezan a destaparse y cumplen con la función que les corresponde: son linternas que iluminan amablemente los pastizales, y mi casa y la lámpara de mi velador.
¿Sabes por qué este lugar es tan bonito? porque estás tú.
Como la lengua le estorba, la saca cuando va a 100 hasta que se congela y es entonces cuando se me acerca.
Estoy seguro de que es así, debe ser así: limpia sus orejas, pero -y esto es esencial- sólo el cartílago y, respecto a su lengua, no puede ser tan helada por naturaleza, lo hace a propósito para desobligarse de responder.
Mi casa está a la vuelta, debe atravesar los pastizales que tienen 1.65m de altura como promedio... [entre estos pastos largos verdes me dijo: "¿sabes por qué este lugar es tan bonito?", porque estás tú"], al llegar debe mirarse los pies, mirarse las manos y mirarse él mismo para asegurarse de que está ahí. Entonces abre la puerta y me encuentra ahí, abierto, iluminado como suelo estar siempre gracias a la luz de la lámpara de mi velador.
Estoy tan acostumbrado a que su lengua esté tiesa como un trampolín. Soy capaz de saltar mortalmente desde mi alto pedestal hacia la piscina de sus pelos, y leer entre ellos lo que pareciera decir siempre: "¿sabes por qué este...?".
Como clavadista intrépido que soy, puedo practicar por mucho tiempo y, aunque el agua es siempre la misma, me parece que no es piscina, sino mar renovándose.
Si pudieran vernos, él con su lengua tiesa, él entero tieso y yo avanzando para abrazarlo y retrocediendo con rapidez para poder abrazarlo otra vez. He pensado mucho sobre vuestra opinión.
Después de unos días de este ejercicio alucinante, debe volver. Entonces debe mirarse en MIS ojos para asegurarse de que estuvo ahí. Es cuando su lengua parece derretirse y ríe.
Atraviesa los pastizales con la boca cerrada. Llega a su casa, chequea que sus oídos están bien tapados, reparte besitos a su colección de vírgenes y santos y duerme como morado, sin saber que es el anuncio rojo de mi alegría.
Mientras duerme, sus oídos empiezan a destaparse y cumplen con la función que les corresponde: son linternas que iluminan amablemente los pastizales, y mi casa y la lámpara de mi velador.
¿Sabes por qué este lugar es tan bonito? porque estás tú.
20060220
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