20071010

pequeñas cavidades


“Cuando Alma Grund sacó el revolver y me apuntó al pecho, llegué a sentir menos miedo que fascinación. Comprendí que las balas de aquella arma contenían una idea que nunca se me había ocurrido. El mundo estaba lleno de pequeñas cavidades, aberturas sin sentido, vacíos microscópicos que la mente podía cruzar, y una vez que se estaba al otro lado de esos huecos, uno se liberaba de la muerte, se liberaba de todo lo que le pertenecía. Por casualidad, yo me había encontrado con uno de ellos aquella noche en mi cuarto. Apareció en forma de revólver, me daba igual salir de él o no. Me sentía enteramente tranquilo y absolutamente enloquecido, totalmente preparado para aceptar lo que ofrecía el momento. Es rara una indiferencia de tal magnitud, y como solo puede lograrla alguien que esté dispuesto a dejar de ser lo que es, exige respeto.” P. Auster. El libro de las ilusiones.

Yo alcanzo a divisar un revólver desde la ventana de mi oficina.

20071008

la novedad del año


yus se ha decidido a hablar, aunque no sea hablando:





güill ai bi ignor bai de lord?

20070920

Asesinada 2


Un gris ruidoso. Un rayo que cae sobre mí. Una gota arranca por mi rodilla.
El día se paraliza frente a la desazón de una fuga atragantada. La fuga se resigna y lee el diario en el ascensor.

Mi planta de interior. Mi sed. Mi pan quemándose en la puerta del horno.
Como solo mira adelante, la fuga cruza calles a punto de ser atropellada. Una esperanza podrida le aprieta el cuello.

Desde la quinta vez. Desde el patio de comidas. Desde cuando.
La fuga cae en un plato con leche y ahí mismo se echa a morir. Un blanco ahogo la hace sonreír.

Por hilar fino pierde el hilo y la leche acaba antes que el aire. Fuga no muere y continúa bajo una lluvia detenida, bajo el día paralizado y el destino que nunca quiso mojarse.

Fuga y destino se chupan las orejas esperando calentar al día.

Yo me contengo. Yo no tengo. Yo bordo flores amarillas.
Abro la boca y meto una aguja. Aguja perfora alcantarillas y pequeñas fugas salen por mis uñas y mis poros y mis oídos. El olor a leche despierta a todos los destinos que duermen en mi entretecho, ninguno se moja y las pequeñas fugas comienzan a desacelerar la marcha.

Yo no soy quien soy por lo que llevo dentro.

20070912

buceo


Buzo de superficie se queda sin corales, sin perlas, sin pez linterna. Jamás pasaré de ser buzo de snorkel y zapatillas, nadaré entre las olas y pondré cara de circunstancia.
Mi snorkel conecta a una señal radial que me mantiene memorizando nombres y características de peces de profundidades; puedo dar cátedra.
Si me preguntas, respondo que no me atrae la oscuridad, que prefiero el sol reflejándose en las olas. Mientras te respondo, un fantasma negro comienza a parasitar en mis pulmones.

Eso sí, jamás levanto cabeza para mirar nubes; mi horizonte es el fondo.
Déjame que te cuente más: olvidé un pañuelo naranjo en una caverna marina. Y no, no es eso lo que ando buscando. Quizás no buceo, ni nado, ni busco, solo olfateo el agua esperando oler la profundidad a distancia.

No esperes más que superficie en mí. Todo lo profundo se me ha ido al fondo del mar junto con las sillas que tiramos desde el muelle y las cartas y las almohadas.

Puede ser que tengas razón, no me hundo porque ya no peso nada.




(El pañuelo no lo olvidé, lo regalé y olvidé a quién).

(¿El snorkel? Lo compré usado).