20070418

She’s a mighty good leader all the way (o apologia de la funcionaria)






Abriré el mar de muro a muro y concentraré todas mis fuerzas en limar mis uñas. Hordas de hormigas atravesarán un mar sindicalizado y veré cómo la nieve que se desprende de mis uñas les marca el sendero hacia un día mejor.
En mi gran delirio de grandeza, las hormigas llegarán a la tierrita prometida e izarán banderas con mi cara “sonriente, pero no tanto”.
Dirijo los destinos de miles de hormigas y de sus millones de hijos hormiga que algún día llegarán. Feliz con mi designio, distribuyo placas de mármol para que mi trabajo de un minuto sea recordado por siglos.
No es delirio, es responsabilidad. No es ridiculez, es honesta seriedad. Castillos son construidos en mi nombre y un río es desviado de su cauce para regar mi jardín. No es sumisión, es pura gratitud.
De los manantiales brotan frutas y en cada silla hay un libro abierto. Las hormigas ya no desean ser, solo estar y yo no deseo ser admirada, solo reconocida.
Establezco una fecha para celebrar la gran fecha.
Una hormiga descubre en un libro la palabra “uevo”.
Despierto debajo de un puente.