20071010

pequeñas cavidades


“Cuando Alma Grund sacó el revolver y me apuntó al pecho, llegué a sentir menos miedo que fascinación. Comprendí que las balas de aquella arma contenían una idea que nunca se me había ocurrido. El mundo estaba lleno de pequeñas cavidades, aberturas sin sentido, vacíos microscópicos que la mente podía cruzar, y una vez que se estaba al otro lado de esos huecos, uno se liberaba de la muerte, se liberaba de todo lo que le pertenecía. Por casualidad, yo me había encontrado con uno de ellos aquella noche en mi cuarto. Apareció en forma de revólver, me daba igual salir de él o no. Me sentía enteramente tranquilo y absolutamente enloquecido, totalmente preparado para aceptar lo que ofrecía el momento. Es rara una indiferencia de tal magnitud, y como solo puede lograrla alguien que esté dispuesto a dejar de ser lo que es, exige respeto.” P. Auster. El libro de las ilusiones.

Yo alcanzo a divisar un revólver desde la ventana de mi oficina.

4 comentarios:

motormongo dijo...

los silencios cotidianos, enanos y veloces, son las pequeñas cavidades de nuestros oidos medios

yus dijo...

si... silencio, un revólver... cavidades que te dejan al borde de ti mismo...

isabel dijo...

¿crees que este es otro número para el counter de los femicidios?
me parece que tiene algo de suicidio también; igual dicen que en la zona del disparo se siente un calor enorme, intenso.

yus dijo...

claro... no es que estas cavidades te atrapen sin avisar... te las encuentras de sorpresa, pero tienes la opción de no entrar, de no apretar el gatillo... y si entras, algo se muere y algo nace... nacer debe dar mucho calor...