20060814

¿Morí?

Venía caminando con mis audífonos enchufados y la música al volumen que hace desaparecer el mundo exterior. Mi misión era clara... conseguir que el cajero escupiera unos billetitos para comprar un balón de gas.
Un xilófono taladraba mis oídos mientras el semáforo cambiaba decididamente de rojo a verde. Sabrán que, en lo que a reglas del tránsito se refiere, soy extremadamente cautelosa... al límite de la pechoñería (recalco que me refiero única y exclusivamente a las reglas del tránsito). Usualmente espero a que todos los autos se detengan antes del paso peatonal, que los conductores me miren a los ojos para asegurarme de que me vieron y no vayan a partir de improviso pasando por arriba de mi bello cuerpo... usualmente hago eso, pero el xilófono me infundía de un espíritu transgresor, por lo que decidí cruzar sin esperar que los autos se detuvieran. El semáforo estaba en verde... ¿qué podría suceder? ¿qué probabilidades hay de que un semáforo no sea respetado un sábado a las once de la mañana?
Y crucé... y la camioneta que yo pensé se detendría, no lo hizo... y frenó bruscamente... y casi me atropella (también casi atropella al señor que venía cruzando desde el otro lado) y casi choca con la 4x4 que venía por la calle perpendicular. Me salvé gracias a un segundo de lucidez que me recordó por qué soy tan pacata EN CUANTO A REGLAS DEL TRÁNSITO (lo pongo en mayúsculas por si todavía no se entiende).
Seguí caminando, el xilófono ya se había acabado y ahora era una música así como entre Violeta Parra y Massive Attack. Iba pasando frente a un edificio en construcción cuando de pronto un ruido rarísimo se apoderó de mis audífonos... como una interferencia, pero más satánica... como el ruido típico que se escucha en la película Ju On... lo siento, no puedo describirlo mejor. Pensé que el disco se había rayado, así es que puse otra vez la canción y nada... me devolví unos pasos hasta el edificio en construcción y nada... el sonido no volvió.
No me queda más remedio que pensar que ese sonido era del minuto en el que debía morir... si no hubiese sido por mi segundo de lucidez sobre las reglas del tránsito. Sentí frío en la nuca y no puedo quitarme esa idea de la cabeza... iba a morir y no sucedió.
Pero algo me da más frío en la nuca todavía: la muerte se puede meter en tus audífonos para cantarte al oído y recordarte que tú también no eres más que una ridícula interferencia.

(Seguro que fue nada más que algo razonablemente explicable... me gusta pensar que no).

5 comentarios:

Kuki dijo...

Tambien sentí un frio en la nuca dps de leer tu historia... que cuatica la huea de la canción!

saludos estelares.

Anónimo dijo...

...y te has planteado la idea de que en verdad moriste y desde ese dia andas como alma en pena??...con la idea de que aun vives, pero es solo tu doble etereo vagando por este mundo que rehusas dejar??...que fuerte!!!...O sea, como no supiste de tu muerte...ni asististe a tu funeral!! (cosa que a mi si me gustaría!!)..ni viste a quienes te lloraron y quienes no...uffff!!!...Pero bueno, el asunto es que tal vez si moriste y esta viviendo algo que ya no tienes por que vivir...entrampada en la idea de vida!!...y peor aun, creyendo que estas viva!!!!!
Al parecer esta opción se ve mas desoladora, y parece mas una pelicula de terror... asi es que mejor pensemos que no moriste y esa distorción en la canción, solo fue el roce de la muerte que pasó por tu lado...
yomisma

yus dijo...

oye "yomisma": ya po' hácete un blo'.

Anónimo dijo...

Creo que lo del frío es simple. No era la muerte. La muerte es caliente, se acuesta con todos y para siempre. El frío de mierda de hoy no lo sentías porque ibas enajenada escuchando música. Por eso notaste el frío al despabilarte, y claro nunca es malo atribuirle sentidos siniestros al clima, menos en esta ciudad. Lo otro quizá sea más complejo para mi. Cierta falta de sentido común me lleva a pensar que cruzaste porque pasaría la camioneta y no al revés.

motormongo dijo...

chá!